De acuerdo con el análisis, en Chile una empresa pequeña destina en promedio 1.474 horas o 62 días continuos en abrir o en formalizarse (décimo lugar).
En trámites de funcionamiento, en cambio, una pequeña empresa en el país destina aproximadamente 377 horas al año (cuarto lugar).
Este 2023, la muestra incluye a 17 países iberoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela; que, de forma conjunta, representan el 28% de la población mundial.
Pensando en la pequeña empresa y en la enorme carga que significa para éstas los trámites burocráticos, el Adam Smith Center de Florida International University, con la colaboración de Atlas Network, desarrolló el Índice de Burocracia en América Latina (IB-LAT) 2023, bajo la consigna #DéjameTrabajar.
En la tercera versión del índice, Chile nuevamente se sumó -a través del trabajo de Libertad y Desarrollo- a otros 16 países evaluados para la generación de un documento que busca propiciar la reflexión sobre el rol de los Estados en materia de desarrollo y cómo lograr que éstos no frenen la creatividad y el impulso privado, apostando por la generación de aparatos burocráticos ágiles, adaptables y sencillos.
En la presente edición, el reporte ofrece un detalle del conjunto de trámites burocráticos exigidos a la pequeña empresa, tanto para ser abierta -lo cual se mide desde esta edición-, como para mantenerse en funcionamiento, informando de su naturaleza, nivel de digitalización, ente público que los exige, frecuencia de requerimiento y tiempo que demanda el completarlos.
Asimismo, se desarrolla un análisis comparativo de los resultados que exhiben los países incluidos en la muestra, tomando en consideración los sectores económicos y el tipo de trámite a realizar. Ello con el objetivo de ofrecer información a los hacedores de política, empresarios y ciudadanos, que impulsan transformaciones para favorecer mejoras en la gobernanza, la productividad y la calidad de vida ciudadana.
RESULTADOS
Trámites de apertura:
En Chile, una empresa pequeña[1] dedica en promedio 1.474 horas en cumplir con los trámites de apertura, lo que equivale a 62 días corridos o a aproximadamente dos meses en formalizar el negocio.
En primera instancia, las empresas deben realizar los trámites concernientes a la identificación y registro, donde se concentra el 11% del tiempo total. Cabe destacar que desde 2013, parte de este trámite fue simplificado gracias a la creación del Registro de Empresas y Sociedades electrónico, que incorpora en una misma plataforma los trámites que van desde la creación de la empresa hasta la obtención del RUT. El resto del trámite tiene relación con la iniciación de actividades.
Luego, las empresas deben entregar una serie de documentos para solicitar la patente municipal, donde la recopilación de ellos representa el 7% del tiempo total. Sin embargo, ciertas actividades (elaboración de alimentos y comercio de alimentos en el caso de este análisis) quedan sujetas al permiso de alimentos y/o al informe sanitario para obtener el permiso municipal de funcionamiento, donde el tiempo adicional promedio para la obtenerlos es de 418 horas (28%).
Finalmente, teniendo los documentos anteriores, el tiempo de respuesta de la municipalidad para obtener el permiso de funcionamiento es de aproximadamente 720 horas, es decir, casi la mitad del tiempo total. El resto del tiempo corresponde a trámites relacionados a la solicitud de servicios básicos, la elaboración del Reglamento de Higiene y Seguridad, entre otros.
De esta manera, Chile se posiciona en el décimo lugar entre 17 países con mayor tiempo asociado para abrir una pequeña empresa legalmente.
2. Trámites de funcionamiento:
En promedio, la pequeña empresa en Chile destina 377 horas al año al cumplimiento de los trámites que les exige el gobierno para funcionar. Esto equivale a casi 16 días continuos y a 42 jornadas laborales de 9 horas, es decir, al 17% de los 248 días laborales del año 2023. En particular, se identificaron un total de 28 trámites burocráticos de funcionamiento, de los cuales la mayoría se encuentran digitalizados, sobre todo en los últimos 5 años.
Al igual que en el índice de 2022, los trámites específicos a la actividad productiva suman el mayor número de horas (172 horas/año). Esto se debe a los engorrosos trámites específicos que predominan en el sector secundario, específicamente en Construcción, que lo convierte en el sector con mayor tiempo destinado a burocracia (aproximadamente 5 veces más que los demás sectores). De hecho, si no contabilizamos los trámites específicos, el número de horas destinado a burocracia en las pequeñas empresas se reduce en más de la mitad.
Por su parte, los trámites asociados a la administración del empleo y de operaciones toman en promedio 119 horas/año y 87 horas/año, respectivamente. En el caso de este último, los relacionados a pago y declaración de impuestos representan la mayor parte del tiempo total de dicho grupo.
De esta manera, Chile se posiciona en el cuarto lugar entre los 17 países de la muestra en cuanto a tiempo destinado a trámites de funcionamiento, muy por debajo del promedio de 901 horas al año.
METODOLOGÍA
El Índice de Burocracia es una métrica que permite calcular el número de horas que exigen los trámites burocráticos a las empresas.
Para el estudio se reconoce como carga burocrática de apertura aquellos trámites exigidos por autoridades públicas para abrir una nueva pequeña empresa, hasta su puesta en marcha, la de funcionamiento incluye aquellos trámites burocráticos exigidos para mantener a una pequeña empresa operando formalmente, que no serían requeridos por el mercado, o cuyos requisitos serían sustancialmente menores o más flexibles.
La metodología utilizada se orientó a partir de las siguientes directrices:
Atención a las diferencias de las estructuras productivas de cada país.
Focalización en la pequeña empresa, siguiendo las definiciones nacionales a tal fin.
Se consideraron dos grupos de trámites burocráticos:a) Aquellos exigidos para abrir una empresa, hasta su puesta en funcionamiento.
b) Aquellos exigidos para mantener la empresa funcionando legal y formalmente.
Validación de la información sobre procesos y requerimientos burocráticos directamente con los pequeños empresarios.
La unidad de análisis es el país/territorio y la unidad de medida utilizada atiende a tiempo y es en horas para los trámites de apertura y en horas anuales para los de funcionamiento.
Para el caso de Chile, para la selección de las pequeñas empresas representativas, Libertad y Desarrollo utilizó datos del Servicio de Impuestos Internos.
En concreto, para el sector primario la empresa seleccionada fue agrícola dedicada al cultivo de trigo. En el sector secundario se determinó como representativo el rubro de construcción y manufacturas, seleccionando específicamente empresas contratistas y de fabricación de alimentos. Por último, en el sector terciario se seleccionó a empresas de comercio de alimentos, de actividad inmobiliaria y una dedicada a la actividad empresarial. De esta forma se procedió a entrevistar a pequeñas empresas de las actividades mencionadas anteriormente, y para los cálculos se utilizó la ponderación correspondiente de cada actividad en su sector respectivo.
[1] En Chile, la definición de pequeñas empresas contempla entre 10 y 25 trabajadores.