Tecnología

Breve historia de la IA, una tecnología que (casi) nadie sabe definir | N7234

Puede que sea magia, puede que sean matemáticas… es difícil decidirse.

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Las preguntas más sencillas suelen ser las más difíciles de responder. Esto también se aplica a la IA. Aunque es una tecnología que se vende como solución a los problemas del mundo, nadie parece saber qué es realmente. Es una etiqueta que se ha puesto a tecnologías que van desde los coches autónomos al reconocimiento facial, desde los chatbots al Excel de lujo. Pero en general, cuando hablamos de IA, nos referimos a tecnologías que hacen que los ordenadores hagan cosas que creemos que necesitan inteligencia cuando las hacen las personas.

Durante meses, mi colega Will Douglas Heaven se ha dedicado a profundizar para entender por qué todo el mundo parece no estar de acuerdo en qué es exactamente la IA, por qué nadie lo sabe siquiera y por qué hace usted bien en preocuparse por ella. Ha estado hablando con algunos de los pensadores más importantes en este campo, preguntándoles, sencillamente: ¿Qué es la IA? Es un extenso artículo que analiza el pasado y el presente de la IA para ver hacia dónde se dirige. Puedes leerlo aquí.

Aquí tienes una muestra de lo que puedes encontrar:

La inteligencia artificial estuvo a punto de no llamarse «inteligencia artificial»
Se le atribuye al informático John McCarthy la creación del término en 1955, al redactar una solicitud de financiación para un programa de investigación de verano en el Dartmouth College de New Hampshire. Pero más de un colega de McCarthy lo odiaba. «La palabra ‘artificial’ te hace pensar que hay algo de falso en todo esto», dijo uno. Otros preferían los términos «estudios de autómatas», «procesamiento de información compleja», «ingeniería psicológica», «epistemología aplicada», «cibernética neural», «computación no numérica», «dinámica neural», «programación automática avanzada» y «autómatas hipotéticos». Nada tan cool y sexy como IA.

La IA tiene un club de fans

La IA tiene acólitos que creen firmemente en el poder actual de la tecnología y en sus inevitables mejoras futuras. La narrativa popular está formada por un panteón de grandes nombres, desde los jefes de marketing de las grandes tecnológicas, como Sundar Pichai y Satya Nadella, hasta los líderes de la industria, como Elon Musk y Sam Altman, pasando por informáticos famosos, como Geoffrey Hinton. Al mismo tiempo que se ha disparado la publicidad sobre la IA, ha surgido un grupo de presión que se opone a ella, dispuesto a rebatir sus ambiciosas y a menudo descabelladas afirmaciones. Como resultado, puede dar la sensación de que cada bando discute las ideas del otro, no siempre de buena fe, en vez de defender las suyas.

Este debate, a veces ridículo, tiene enormes consecuencias que nos afectan a todos

En la IA están en juego grandes egos y enormes sumas de dinero. Pero más que eso, estas disputas importan cuando los líderes de la industria y los científicos de opinión son convocados por jefes de Estado y legisladores para explicar qué es esta tecnología y qué puede hacer (y cómo de asustados deberíamos estar). Importan cuando esta tecnología se incorpora al software que utilizamos a diario, desde los motores de búsqueda a las aplicaciones de procesamiento de textos o los asistentes del teléfono. La IA no va a desaparecer. Pero si no sabemos lo que nos venden, ¿quién es el incauto?

Te presentamos a los «TESCREAListas»

El acrónimo TESCREAL incluye, de forma generalista, una lista de etiquetas: transhumanismo, extropianismo, singularitarismo, cosmismo, racionalismo, altruismo efectivo y largoplacismo. La acuñaron Timnit Gebru, fundador del Distributed AI Research Institute y antiguo codirector de IA ética de Google, y Émile Torres, filósofo e historiador de la Case Western Reserve University. Algunos de los tescrealistas anticipan la inmortalidad humana; otros predicen la colonización de las estrellas por parte de la humanidad. El principio común es que una tecnología todopoderosa no sólo está al alcance de la mano, sino que es inevitable. Los tescrealistas creen que la inteligencia general artificial, o AGI, no sólo podría solucionar los problemas del mundo, sino también elevar el nivel de la humanidad. Gebru y Torres relacionan varias de estas visiones del mundo (con su enfoque común en «mejorar» la humanidad) con los movimientos racistas eugenésicos del siglo XX.

¿La inteligencia artificial son matemáticas o magia?

Sea lo que sea, la gente tiene creencias firmes, casi religiosas, en una u otra dirección. «Para algunas personas es ofensivo sugerir que la inteligencia humana podría recrearse mediante este tipo de mecanismos», explica Ellie Pavlick, que estudia las redes neuronales en la Universidad de Brown. «La gente tiene creencias muy arraigadas sobre este tema, casi parece religioso. Por otro lado, hay gente que tiene un poco de complejo de Dios. También les ofende que se les sugiera que no pueden hacerlo».

El artículo de Will aporta una visión completa sobre de todo este debate. Sin spoilers: no hay respuestas sencillas, pero sí muchos personajes y puntos de vista fascinantes. Te recomiendo que lo leas entero aquí y veas si puedes decidirte sobre qué es realmente la IA

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